sábado, 18 de abril de 2009


nos habló de la casa del fauno, de la casa del laberinto, la casa del poeta trágico. a veces daba paso a georges braque, fué gracioso cuando contó que mies no hablaba con nadie hasta fumarse el primer puro a eso de la una del medio día, entonces vivía en berlín y proyectaba casas inefables, con patios mediterraneos, para usuarios inventados, con una misma característica, debían ser solteros, y de oro. los pompeyanos vivían en casas introvertidas, entre la luz y la penumbra, nunca existía un único eje en planta, los espacios abiertos recogían el agua de lluvia, el aire y la luz del sol, surgían tímidos a los ojos del habitante, se adivinaban desde diagonales nunca evidentes. luego, llegaría la lava, la furia del vesubio que sepultó los frescos, las fauces, los mosaicos, los peristilos, el impluvium; importo poco, piranesi pudo dibujar fieles grabados.

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